La Guerra de Nepal: Año 6-8 D.D.
Para contar esta historia, es necesario que retrocedamos trescientos años en el tiempo, de vuelta a la Guerra del Despertar. Absolutamente todos los libros y manuscritos del Imperio del Fuego han alterado esta parte de su historia, haciendo parecer esta Guerra como una victoria total y absoluta de la Gran Reina Madre y sus súbditos sobre el corrupto mundo humano, plagado de tecnología hereje. Pero hay un capítulo de esta Guerra que fue borrado totalmente, no sólo de la historia documentada, sino también de la memoria de todos los dragones que, en aquella época, estaban conectados a la red de la Reina Madre.
Pasado el ecuador de la Guerra del Despertar, cuando la humanidad aún se esforzaba por plantarle cara a los dragones; hubo una facción dentro del ejército de la Reina Madre que comenzó a rechazar la red mental que ésta les había impuesto a todos los suyos durante el Letargo. Éstos fueron los dragones de Oriente, maestros del aire. El motivo por el cual estos dragones lograron desencadenarse de la red tan prematuramente no está claro todavía, pero se sospecha que se debe a que pertenecen a una raza dracónica distinta, y por ende su conexión mental con la Reina era mucho más débil que la de los dragones occidentales.
Fuera cual fuera el motivo, estos dragones fueron los primeros en empezar a dudar de que las intenciones de la Reina Madre fueran honestas u honorables. Al ir liberándose poco a poco de su prisión mental, comenzaron a ver aquello como un genocidio más que como una reconquista. Comprendieron, demasiado tarde, que la Reina Madre pretendía reclamar todos los territorios del planeta para sí misma; y eso no entraba dentro de la filosofía de esta raza dracónica. De entre todos esos dragones, uno de ellos fue quien se atrevió a plantarle cara a la Reina abiertamente: el más tarde conocido como Emperador Yujin.
Gracias a él, los dragones orientales lograron hacer un frente común y comenzaron a enfrentarse a sus propios hermanos para que éstos no alzaran las banderas del inminente Imperio del Fuego en los territorios asiáticos (China, India, Nepal, Mongolia, etc...); ni siguieran masacrando a sus habitantes humanos. Aquello supuso la separación de un tercio del ejército dracónico original, y la consecuente guerra civil entre razas de dragones, que duró un total de dos años y cuyos peores enfrentamientos se dieron precisamente en la zona de Nepal.
Paz con Oriente: Año 9 D.D.
Para la desgracia de la raza dracónica oriental, el territorio que pretendían proteger de las garras del ejército Imperial era demasiado grande, y ellos eran demasiado pocos como para poder mantener la defensa. En el último año de esta guerra civil, las fuerzas de la Reina Madre sitiaron los territorios orientales y presionaron a sus hermanos para que regresaran al redil, o murieran si se negaban. Empero, ningún miembro de la raza dracónica oriental cedió a los chantajes e intentos de manipulación de la Reina, sabiéndola mentirosa y traicionera.
En estas circunstancias, llevando todas las de perder; Yujin accedió a tener un encuentro personal con la Reina Madre para negociar las condiciones de una rendición justa. No obstante, en aquella negociación, ocurrió algo que Yujin no se esperaba: la mismísima Reina Madre accedió a cederles los territorios de Oriente con una única condición. Ésta consistía en entregarle a ella el verdadero motivo por el cual le interesaban esas tierras: los Huevos Ígneos ocultos en secretos templos ubicados respectivamente junto a los cuatro grandes ríos de China: Heilongjian, Huang He, YangTsé y Xi Jiang.
A Yujin no le entusiasmó en absoluto el tener que cederle semejantes tesoros a alguien como la Reina Madre. No obstante, y siguiendo su tradición, sometió a la votación de todos sus congéneres el decidir qué hacer: si proteger el secreto de los Huevos Ígneos y morir con él; o sobrevivir entregándole una enorme fuente de poder a una tirana. El resultado de aquella decisión, como quien diría, es historia conocida.
La Reina Madre obtuvo tres Huevos Ígneos, ya que uno de ellos se encuentra en paradero desconocido. A cambio, mantuvo su palabra y retiró a sus tropas de Oriente, formando así una invisible frontera que ocupaba la Cordillera del Cáucaso y los Montes Zagros; la cual ninguna de las dos facciones cruzaría jamás.
Los dos Reinos se ignorarían el uno al otro, y tanto dragones como humanos crecerían sin tener conocimiento sobre ellos, y sin traspasar sus fronteras. Y dicho pacto se mantuvo durante casi trescientos años.
La Reina Madre obtuvo tres Huevos Ígneos, ya que uno de ellos se encuentra en paradero desconocido. A cambio, mantuvo su palabra y retiró a sus tropas de Oriente, formando así una invisible frontera que ocupaba la Cordillera del Cáucaso y los Montes Zagros; la cual ninguna de las dos facciones cruzaría jamás.
Los dos Reinos se ignorarían el uno al otro, y tanto dragones como humanos crecerían sin tener conocimiento sobre ellos, y sin traspasar sus fronteras. Y dicho pacto se mantuvo durante casi trescientos años.
El Velo de la Red Dracónica: Año 10 D.D.
Aunque sabía que Yujin era un dragón honorable, la Reina Madre no quiso correr ningún riesgo. No iba a permitir que ocurriera otro motín como aquel en su futuro Imperio. Y por ello, utilizó uno de los tres Huevos Ígneos que había conseguido para crear una laguna en la memoria de los dragones conectados a su red mental; conocida posteriormente como El Velo.
Gracias a esto, durante todo el tiempo posterior a la Guerra, todos los dragones occidentales no recordaron absolutamente nada relacionado con Asia, ni con sus hermanos orientales, ni con el amotinamiento de Yujin. Para todos ellos, lo que ocurrió fue que la raza oriental fue masacrada por los humanos antes del Letargo; y por ende, para ellos los dragones del aire nunca llegaron al Letargo, ni participado en la Guerra del Despertar, ni nada por el estilo. Sencillamente nunca existieron. En cuanto a los territorios de Asia, todos los dragones recordaban que por culpa de varios impactos de armas de destrucción masiva (nucleares) creadas por los humanos, toda esa tierra había quedado árida, estéril y tóxica; motivo más que suficiente como para no arriesgarse a pasar por ella ni realizar incursiones.
No obstante, con muerte de la Reina Madre en 353 D.D. y la consecuente caída de la Red Dracónica; cayó a su vez el Velo. Al verse los dragones occidentales libres de la prisión mental de la Reina para siempre, recuperaron sus recuerdos, así como todas las nociones de lo ocurrido con Asia y sus hermanos aéreos. Muchos se dieron cuenta de la gran mentira que su Madre y Diosa había mantenido durante tanto tiempo; mientras que otros prefirieron seguir creyendo que la voluntad de la Dios Madre es insondable, y que si hizo aquello fue por el bien de todos sus hijos.
Se instauró la renombrada Red Imperial, sostenida por todos los dragones occidentales de una forma similar a la que mantienen los Orientales en Koshin; pero manteniendo más o menos las mismas normas que la Reina mantenía en su red, para mantener vivo su "espíritu" en el corazón de los leales. Los que se desconectaron lograron introducirse en la red mental del Anciano, ahora llamada Red Libre; sostenida igualmente por todos sus integrantes pero permitiendo el libre acceso de cualquier dragón o híbrido a la misma. La Red de Koshin está vetada a los dragones e híbridos occidentales, por el momento.
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