Los Desafiados, o Sin Corazón, son humanos que han sido víctimas del Desafío de un dragón. Hay quienes lo consideran una crueldad, otros una prueba de honor, y algunos lo ven como un simple juego. Por ello, no hay un sólo motivo que impulse a un dragón a desafiar a un ser humano. Cualquier excusa puede ser válida: gloria, venganza, aburrimiento, amor...
El Desafío es una prueba que, en apariencia, es simple: un dragón le arrebata el corazón a un ser humano, y le impone una tarea que debe cumplir para recuperarlo. Para realizar un Desafío, el dragón desafiante deberá estar transformado en su forma dracónica o poseer las garras dracónicas de la Senda Metamórfica (que se puede adquirir en la tienda). Con sus manos (garras) abrirá el pecho del humano y le extirpará el corazón latente, lo que para el humano conllevará una experiencia indescriptiblemente dolorosa y traumática. Durante este proceso, el dragón pronunciará el juramento del Desafío, en el que cual se comprometerá a devolverle el corazón al humano si éste logra cumplir la tarea, reto o prueba que el dragón considere oportuna. En ese momento, la magia actúa, y el corazón del nuevo Desafiado pasa a coexistir conjuntamente con el corazón del dragón desafiante, para así mantenerlo vivo hasta el día en el que el reto se vea cumplido.
No obstante, la sangre dracónica es poderosa, y por ello los cuerpos de los dragones desafiantes acaban asimilando el corazón de su Desafiado, volviéndolo parte de su ser. Este proceso dura unos pocos años, en los que los Desafiados comienzan a sufrir El Vacío. Esto es: la despersonalización gradual de su ser a medida que su corazón es asimilado por su dragón desafiante. Por ello, la carrera de los Desafiados siempre es contrarreloj. Esto también hace que muchos humanos opten por intentar la vía fácil y única alternativa a la prueba del Desafío: enfrentarse a su dragón desafiante en combate singular y matarlo para recuperar lo que es suyo.
La vida del Desafiado, no obstante, no está carente de ciertas ventajas. Aunque no lo sienta latir en su pecho, el Desafiado sigue conectado a su corazón, y por ende establece un vínculo mágico con su dragón. Además, al estar alimentado por la sangre dracónica, comienza a adquirir una serie de nuevas habilidades que sólo pueden desarrollarse durante el Desafío y que, si lograra superarlo con éxito, podría mantener de por vida.
Igualmente, los Desafiados gozan de cierta inmunidad legal durante el Desafío, siempre y cuando no comentan delitos graves. No se les penaliza por matar a su dragón desafiante. Y no pueden ser esclavizados, condenados a muerte ni a cadena perpetua.
Entre los Dragones Imperiales los Desafíos se han sucedido desde mucho antes del Letargo. Y cabe destacar que han sido muy pocos los humanos que han logrado completar su Desafío con éxito, o que han logrado matar a su dragón desafiante en combate.
Empero, los Dragones de Koshin consideran el Desafío un abuso de poder por parte de los dragones hacia los humanos; así como una crueldad innecesaria. Debido a esto, en el Reino de Koshin los Desafíos están prohibidos desde la Guerra del Despertar, y hace más de trescientos años que no se ve un Desafiado en Oriente.
No obstante, la sangre dracónica es poderosa, y por ello los cuerpos de los dragones desafiantes acaban asimilando el corazón de su Desafiado, volviéndolo parte de su ser. Este proceso dura unos pocos años, en los que los Desafiados comienzan a sufrir El Vacío. Esto es: la despersonalización gradual de su ser a medida que su corazón es asimilado por su dragón desafiante. Por ello, la carrera de los Desafiados siempre es contrarreloj. Esto también hace que muchos humanos opten por intentar la vía fácil y única alternativa a la prueba del Desafío: enfrentarse a su dragón desafiante en combate singular y matarlo para recuperar lo que es suyo.
La vida del Desafiado, no obstante, no está carente de ciertas ventajas. Aunque no lo sienta latir en su pecho, el Desafiado sigue conectado a su corazón, y por ende establece un vínculo mágico con su dragón. Además, al estar alimentado por la sangre dracónica, comienza a adquirir una serie de nuevas habilidades que sólo pueden desarrollarse durante el Desafío y que, si lograra superarlo con éxito, podría mantener de por vida.
Igualmente, los Desafiados gozan de cierta inmunidad legal durante el Desafío, siempre y cuando no comentan delitos graves. No se les penaliza por matar a su dragón desafiante. Y no pueden ser esclavizados, condenados a muerte ni a cadena perpetua.
Entre los Dragones Imperiales los Desafíos se han sucedido desde mucho antes del Letargo. Y cabe destacar que han sido muy pocos los humanos que han logrado completar su Desafío con éxito, o que han logrado matar a su dragón desafiante en combate.
Empero, los Dragones de Koshin consideran el Desafío un abuso de poder por parte de los dragones hacia los humanos; así como una crueldad innecesaria. Debido a esto, en el Reino de Koshin los Desafíos están prohibidos desde la Guerra del Despertar, y hace más de trescientos años que no se ve un Desafiado en Oriente.
Poderes:
- Pueden ver bien en la penumbra y con baja iluminación.
- Los Desafiados son más fuertes, ágiles y rápidos que un humano normal. Sus capacidades igualan a los híbridos en forma humana. Este cambio se vuelve especialmente pronunciado durante los primeros tres años del Desafío, en los que llegan a desarrollar muchísimo su forma física. También aprenden mucho más deprisa, y mejoran sus capacidades mentales, volviéndolos más astutos e inteligentes, y mejorando en gran medida su memoria, convirtiéndose en esponjas de conocimiento.
- A partir de los tres años se vuelven mucho más resistentes y ganan muchísimo aguante: cada vez necesitan menos cosas básicas como comer o dormir. Sienten menos los efectos del cansancio, y empiezan a desarrollar analgesia, es decir, se vuelven insensibles al dolor, aunque sufran heridas o golpes.
- Pueden comunicarse telepáticamente con su dragón desafiador, siempre y cuando no estén a demasiada distancia. No tienen por qué leerse necesariamente la mente el uno al otro, generalmente sólo pueden intercambiar opiniones y pensamientos. Pero hay casos en los que se puede lograr una conexión más profunda. Esto permite que los desafiados también puedan acceder a la red y desarrollar poderes mentales con los dragones, los cuales se pueden adquirir en la tienda.
- Son capaces de detectar a los dragones que están cerca, sean desafiadores o no. Obviamente si hay más dragones o mucha gente alrededor, les es más difícil concentrarse en su objetivo. Cuanto más relajados y concentrados estén, mejor funcionará la habilidad; y la cicatriz del pecho brillará con una luz diferente dependiendo del dragón en el que se concentren. Dependiendo del radio:
- A 3km pueden detectar la posición y distancia aproximadas de un dragón en forma real, y a 1 km en forma humana.
- A 500 metros pueden detectar la posición y distancia exactas si están en forma dracónica.
- A 100 metros pueden detectar la posición y distancia exactas si están en forma humana.
- La sangre de dragón mejora sus habilidades, especialmente su “radar” interno si poseen algún objeto o pertenencia del dragón que quieren localizar. Si la sangre es de su dragón desafiador, pueden saber dónde está sin necesidad de ningún objeto. También pueden mejorar su elementalismo de fuego, hasta el punto de no necesitar ninguna fuente para crear una llama.
- Su envejecimiento se estanca, y se vuelven inmunes a la enfermedad; pero no son inmortales ni mucho menos.
Debilidades:
- Al convertirse en Desafiado, el humano pierde todos los poderes que tuviera anteriormente, sean elementales o dones.
- A partir del primer año en adelante, los Sin Corazón sufren el verdadero estrago de su maldición: empiezan a volverse insensibles y a sufrir episodios de apatía, unidos a una profunda despersonalización que empieza a hacerse patente en su interior. A esa incapacidad de sentir se le denomina El Vacío, el cual va haciéndose más grande de manera gradual.
- A partir de los dos años, dicha apatía aumenta, y empiezan a dejar de sentir emociones, como placer, ira o euforia; a no ser que consuman algún tipo de sustancia o droga que les despierte esas sensaciones.
- A partir de los tres años se vuelven más lentos y su fuerza física se estanca. Dejan de aprender, les cuesta interiorizar las cosas nuevas y pierden poco a poco el interés. Necesitan consumir altas y peligrosas dosis de droga para poder seguir sintiendo emociones. El Vacío empieza a consumirles día y noche, y a provocarles pesadillas, pérdida del apetito e insomnio.
- A partir de los cinco años, el Vacío se apodera de ellos. En este punto un Desafiado no siente prácticamente nada a nivel emocional: se vuelve un autómata, una marioneta enfocada en un único objetivo, que es derrotar a su dragón o cumplir su desafío. Sufre una analgesia total, no siente ningún tipo de dolor, nunca. Ni siquiera se percata de sus heridas a no ser que se examine deliberadamente. No siente hambre, sueño ni cansancio. Debe “acordarse” de comer y reposar por sí mismo para no morir de inanición o agotamiento, aunque apenas coma en este punto, ni duerma más de una o dos horas al día. Esto resulta una ventaja a la hora de combatir sin descanso, volviendo a los Desafiados guerreros imparables e incansables, peligrosos incluso hasta para un dragón. Pero pone su cuerpo físico al límite, y a menudo muchos desafiados mueren en este estado, sin percatarse de sus propias necesidades.
- No se conocen Desafiados de más de 10 años. Se consideran moribundos, entes sin almas que vagan de aquí para allá, sin objetivo ni fin, y la mayoría acaban muriendo mucho antes de hambre, sed o falta de sueño; o acaban suicidándose para terminar con el Vacío que les persigue.
- El “radar” de los Desafiados no funciona con los híbridos, los confunden fácilmente con otros humanos o incluso con dragones .
Detalles a Tener en Cuenta:
- Los Desafiados no tienen su corazón, ergo, no tienen pulso. Respiran, caminan, comen… Siguen vivos, a pesar de ello, ya que su corazón vive ahora en el interior del dragón desafiador.
- Tras el proceso de Desafío, la herida se cierra mágicamente, dejando una singular cicatriz en el pecho del desafiado. Esta cicatriz reluce tenuemente con un brillo del mismo color que el dragón desafiador cuando éste anda cerca. Su intensidad aumenta con su cercanía.
- No es extraño que el proceso resulte tan fuerte e intenso, que el Desafiado sufra de amnesia parcial o total. A veces despiertan con una cicatriz en el pecho, sin recuerdos sobre lo que ha ocurrido, o incluso sin saber quiénes son, o qué hacen allí.
- Durante los primeros meses del Desafío, sienten todo lo emocional con muchísima más intensidad. A menudo les cuesta controlar sus sentimientos, o sufren cambios muy drásticos en su personalidad. Después del primer año empiezan a volverse apáticos y a consumirse por El Vacío.
- No hay un tipo concreto de desafío: cada dragón impone la prueba que desee, como desee. Los retos pueden ser tanto físicos, como emocionales o intelectuales. Algunos dragones crean complejos rompecabezas o se inventan acertijos imposibles. Otros prefieren someter al Desafiado a un esfuerzo imposible, o enfrentarlo en algún tipo de combate. Cada desafiador puede imponer su requisito como le plazca, sea justo o injusto, mejor o peor.
- Hay dos formas de cumplir un Desafío: o bien cumpliendo el reto impuesto por el dragón, o bien matándole. Si un Desafiado logra vencer a su desafiante de cualquiera de las dos formas, se considera que ha superado al dragón, y automáticamente recupera su corazón y mantiene indefinidamente los poderes que haya adquirido durante el Desafío, convirtiéndose en un Redimido. Los Desafiados que matan a su dragón desafiador no están perseguidos por la ley.
- Los Desafiados tienen inmunidad legal dentro de la sociedad dracónica. El honor y las viejas costumbres obligan a los dragones a respetar el Desafío de sus congéneres, así que los Desafiados no pueden ser esclavizados, asesinados, condenados a muerte o a cadena perpetua, torturados ni dañados permanentemente por otro dragón si no es por algún delito grave (intentar matar a otro dragón que no sea su desafiador, por ejemplo).
- Si el dragón desafiador muere por causas ajenas al desafío; el Sin Corazón recuperará lo que es suyo mágica e inmediatamente. El Desafío se considerará nulo.
- Si el dragón desafiante desafía a un segundo humano, sin que el primero haya muerto o completado el reto; el primer Desafiado recuperará automáticamente su corazón, y el Desafío se considerará nulo. Cada dragón puede tener tan sólo un desafío “activo” a la vez.
- El Desafío no es un contrato irrevocable: en cualquier momento el dragón pude cansarse o arrepentirse, y dar el Desafío por nulo, devolviéndole el corazón al Desafiado.
- Los Desafiados nulos vuelven a ser plenamente humanos, pierden las habilidades que hayan desarrollado durante el Desafío, recuperan sus poderes elementales y dones junto con su corazón, y se libran del Vacío instantáneamente. Igualmente, pierden su inmunidad legal, y con él el respeto de la comunidad dracónica, al considerarse un fracaso social por no lograr el Desafío. El único vestigio que les quedará, será la cicatriz sobre el pecho.
- No ha habido un Desafiado en el Reino de Koshin desde hace más de 300 años. En Oriente desafiar a alguien conlleva el exilio inmediato del dragón desafiante y la ejecución del humano Desafiado, pues se considera más misericordioso eso que el Desafío en sí.
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