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jueves, 28 de febrero de 2019

El Imperio del Fuego

Nos encontramos en una sociedad post-apocalíptica regentada por una raza antigua y mágica: los dragones. Estas criaturas, antaño consideradas mera fantasía; despertaron en algún punto del año 2014 e invadieron el mundo, sumiéndolo en una cruenta guerra (Guerra del Despertar) que calcinó la mayor parte del planeta, o lo convirtió en un páramo nuclear. Desde entonces los dragones han dominado lo que del mundo habitable, sometiendo a la raza humana y reconstruyendo su propia sociedad medieval; dominada por el férreo mandato de su diosa y tirana: La Reina Madre.



El momento que cambió todo y los dragones salieron de su letargo recibe el nombre de El Despertar, considerado también el nuevo "año 0" de la Nueva Historia Dracónica. Actualmente nos encontramos en el año 354 D.D. (Después del Despertar); toda era anterior a esto se considera A.D. (Antes del Despertar). El Imperio del Fuego se consolidó alrededor del año 11 D.D., y actualmente sus territorios se extienden por parte de la antigua Europa, Oriente Medio y Centroamérica. Su capital es Talos, la ciudad más grandes del Imperio, situada en el centro de los territorios europeos.

En los tres siglos y medio transcurridos desde El Despertar, los dragones reconstruyeron la sociedad tal y como la recordaban antes de sumirse en el Letargo. Por ello, la humanidad ha sufrido una regresión en cuanto a sus costumbres y su modo de vida. El mundo vuelve a vivir en una nueva "Edad Media" en la que la tecnología y la ciencia han vuelto a sus raíces más básicas, ya que volver a desarrollarlas o re-descubrirlas se considera un acto de herejía. Incluso el lenguaje se ha vuelto más arcaico. La mayoría de edad se considera en torno a los catorce o quince años, no es extraño que incluso los niños trabajen desde pequeños. A las mujeres se las considera aptas para casarse en cuanto comienzan a menstruar. Quienes pasan de los treinta años ya son tratados como si fueran mayores, y la esperanza de vida humana ha descendido notablemente, rondando ahora los setenta años como mucho.
Los humanos no tienen derecho a escolarización, ya que los dragones prefieren mantener a la población humana analfabeta. Por ello, los humanos del Imperio no recuerdan cómo vivían sus ancestros, ni son conscientes de su propia historia. Para ellos que los dragones sean seres superiores y tengan todos los privilegios es lo normal. Generalmente aprenden a ganarse la vida aprendiendo oficios o heredando el conocimiento de sus padres a través de las generaciones.



Moneda y Comercio

El Imperio del Fuego utiliza un sistema de moneda clásico: cobre, plata y oro. Cien monedas de cobre hacen una moneda de plata. Cien monedas de plata, hacen una de oro. Algunos dragones muy ricos utilizan lingotes de platino, equivalente a mil monedas de oro, pero esto sólo es común en quienes amasan grandes fortunas.

Los precios de los productos de primera necesidad (comida, ropa sencilla, utensilios básicos, etc), rondan entre varios cobres y unas pocas platas. Las cosas básicas pero caras (armas, monturas, armaduras básicas, herramientas sofisticadas, etc), puedan costar varias decenas de oros. Las cosas que valen más de quinientos oros suelen considerarse artículos de lujo, como podrían ser obras de arte, terrenos, joyas exclusivas, esclavos exóticos, etc.

Idiomas


Los idiomas que se hablan actualmente han sufrido modificaciones respecto a la época del Antes del Despertar:

  • En Talos (gentilicio: taloniense) se habla el idioma taloniense, una mezcla de idiomas germánicos derivado principalmente del inglés y el alemán.
  • En Isaur (gentilicio: isaurita) se habla el idioma isaurí, derivado principalmente del árabe con influencias turcas y griegas.
  • En Puerto Krosan (gentilicio: krosanita) se habla el idioma krosaní, principalmente derivado del español y el italiano.
  • En Edén (gentilicio: edenita) se habla una variante del krosaní conocido como edeno, que incluye también influencias portuguesas. Un edenita y un krosanita podrían a llegar a entenderse sin problema, aunque ambos idiomas difieran un poco en cuanto a vocabulario.
  • En las Islas Eneas (gentilicio: eniense) se hablan casi todos los idiomas conocidos del Imperio, aunque debido a su cercanía con Talos, el taloniense es el más común.
El idioma oficial del Imperio es el taloniense, así que dentro de las fronteras a lo ancho y largo del mundo casi todo el mundo habla o chapurrea esta lengua.

Los dragones, además, aprenden de sus padres o maestros la lengua dracónica o "lengua primigenia". Es un idioma impronunciable para los humanos, basado en gruñidos, rugidos y sonidos guturales que sólo pueden hacer cuando están en su forma real o en su Forma de la Bestia. No obstante, hace bastantes décadas que los dragones no utilizan esta lengua para comunicarse entre ellos, ya que en forma humana utilizan el dialecto que les corresponda o utilizan la red telepática para mandarse mensajes. Pero aún se sigue enseñando para que no caiga en el olvido.

Religión

La religión oficial del Imperio del Fuego recibe el nombre de matremismo, o más comúnmente Culto a la Reina Madre. Como su nombre indica, esta religión considera a la soberana del imperio una Diosa, ya que ella está por encima de todos los demás dragones y exige una veneración continua.  Por ende, existen templos dedicados a ella en todas las ciudades del Imperio (conocidos como Templos del Dragón). Sus predicadores afirman que la Diosa Madre es la madre de todos los dragones del Imperio (una especie de antepasada común), lo que los convierte en hermanos, en sus hijos preferidos y en los verdaderos dueños del mundo que ella les ayudó a reconquistar. Naturalmente, todos los dragones nacidos y criados en el Imperio del fuego siguen este culto.
La mayoría de los humanos del Imperio también son matremitas, pues para ellos la Dios Madre fue la deidad benevolente que les permitió seguir viviendo "a pesar de los pecados de sus ancestros" a cambio de no repetirlos. Aprenden desde pequeños que la tecnología y la investigación son pecados mortales, que la búsqueda de conocimiento está prohibida y que el desarrollo de inventos o artefactos sin el consentimiento de la corona es un terrible acto de traición.

La religión matremista no sólo ocupa un papel moral dentro de la sociedad: también es la principal recaudadora de impuestos del Imperio. Todos los meses se realizan "misas ardientes", en las que todas las familias, dracónicas y humanas, deben presentar sus "ofrendas" en el templo, ya sea en forma de dinero, comida, telas, bebida, etc. Este enorme tesoro se registra y se guarda en los templos o se envía al castillo de Talos para mantener a todos sus habitantes y, por supuesto, a la Reina Madre. No realizar las ofrendas también se considera un acto de alta traición, y los que no pagan eventualmente acaban siendo ejecutados. Lo mismo ocurre con quienes son descubiertos practicando otra religión que no sea el Culto a la Reina Madre.

En segundo lugar, practicada clandestinamente, está la religión elemental o elementalismo. Esta religión adora a los Cuatro Dioses Elementales (ver anexo) como entidades humanizadas que representan los cuatro elementos alquímicos básicos: agua, fuego, tierra y aire. Ellos son quienes conforman todo lo que existe y los que hicieron el regalo de la magia a la humanidad, de forma que esta religión combina prácticas naturistas (similares a la antigua new age) y festividades relacionadas con los ciclos solares y lunares (heredadas de religiones como la wicca). Los elementalistas rinden culto en los Altares Elementales que surgieron hace pocos años por distintas partes del mundo, levantados por los mismísimos dioses durante su resurgimiento en el 350 D.D. Evidentemente, la práctica de esta religión está totalmente prohibida dentro de los límites del Imperio y la Inquisición hace grandes esfuerzos por intentar reconvertir a sus creyentes.

En tercer lugar, el ateísmo es el que impera los corazones de los habitantes del Imperio. Actualmente el Culto a la Reina Madre sufre una "crisis de fe" generalizada, catapultada a raíz de la infertilidad dracónica que comenzó hace un siglo. Aunque de cara a la galería muchos dragones y humanos finjan seguir el credo, en realidad han perdido la fe y la confianza en su soberana. La duda y el arrepentimiento carcome sus corazones, así como la sensación de opresión y falta de libertad. Especialmente teniendo en cuenta que la falta de fe fácilmente puede ser tratada como un acto de traición.

Por último, encontraríamos algunos descendientes humanos (una pequeña minoría) que aún mantienen algunos cultos antiguos como el cristianismo, el hinduísmo o el islam. O incluso quienes aprenden sobre antiguas religiones en viejas escrituras y comienzan a adorar a viejos dioses olvidados. No obstante, estas personas (o incluso algunos dragones) no tienen un lugar donde adorar a estos dioses. Esto les obliga a hacer sus prácticas en sus hogares o en lugares apartados donde no puedan descubrirlos. Evidentemente, ésto también se considera herejía, aunque se traten de casos muy marginales.

Calendario y Festividades

El momento que cambió todo y los dragones salieron de su letargo recibe el nombre de El Despertar, considerado también el nuevo "año 0" de la Nueva Historia Dracónica. Actualmente nos encontramos en el año 354 D.D. (Después del Despertar); toda era anterior a esto se considera A.D. (Antes del Despertar). 

Se ha recuperado el calendario lunar, de modo que ahora los años tienen trece "meses" lunares (o simplemente "lunas"). Las festividades oficiales del Imperio son, principalmente:
  • Día del Despertar: La primera luna llena del año coincide con el día en el que los dragones Despertaron, por lo que se considera el "año nuevo" del Imperio. Como coincide con la estación húmeda, las calles se llenan de flores y todo se adorna con un aire primaveral. Las banderas y la iconografía del imperio ondea por doquier, y se realizan desfiles y demostraciones militares para celebrar la supremacía dracónica sobre el resto de razas.
  • Fiestas del Dragón: En la tercera luna del año se celebra un gigantesco mercadillo que se extiende alrededor de las murallas de las capitales del Imperio, siendo el de Talos el más grande. Es el día en el que cientos de comerciantes se mueven a las grandes ciudades para ofrecer los productos más exóticos a sus consumidores. Además, es costumbre que en las afueras de la ciudad los dragones se muestren y paseen en su forma real, como un mudo recordatorio de por qué son los dueños y señores del mundo.
  • Día de la Reina Madre: La sexta luna del año coincide con la llegada de la estación seca. Este día está considerado sacrosanto, por lo que ningún comercio abre y nadie trabaja. En esta fiesta un selecto grupo de actores se encarga de representar una compleja obra en la que se recrea la Guerra del Despertar y se ensalza la victoria de los dragones sobre la humanidad. A presenciar esta obra acude hasta la mismísima Reina Madre.
  • Víspera del Fuego: A llegar la novena luna llena, las calles de las ciudades y pueblos se llenan de fogatas, antorchas, farolillos y velas. En la plaza mayor de Talos se crea una gigantesca pira, y durante una noche entera se realizan banquetes y se baila alrededor de la hoguera formando espirales y círculos concéntricos. Entre los humanos hay una práctica común: atreverse a saltar sobre las llamas sin quemarse, como si fueran dragones.
  • Navidad: En la decimosegunda luna llena del año se celebra la noche de Navidad, festividad heredada del A.D. que los dragones decidieron respetar. En esta celebración las familias comen juntas, intercambian regalos, se adornan los árboles con brillantes esferas y se colocan abalorios luminosos en las ventanas y en las calles. Es un día muy especial para los esclavos, pues la corona tiene la costumbre de liberar siempre a uno o dos que, por su buen servicio a lo largo de los años, se haya merecido su libertad.
En el Imperio no existen relojes mecánicos: se usan relojes solares o de arena, o se mide el tiempo en base a la posición del sol, la luna o las estrellas para determinar el momento del día.

Clima y estaciones


Hace siglos que el calentamiento global provocado por la Guerra del Despertar ha polarizado mucho las temperaturas del planeta. Los extremos norte y sur del globo se han vuelto a congelar, y el Polo Norte se ha expandido por el norte de Europa, América del Norte y Asia; creando una frontera natural que los dragones no pueden traspasar.

Sin embargo, el resto del mundo se ha convertido en un erial arrasado por el fuego y los cementerios nucleares que han acabado con todo: ciudades, poblaciones, vegetación... La desertificación ocupa ahora la mayor parte del mundo en forma de páramos yermos.

Las pocas zonas habitables (algo menos del 22% del planeta) son ahora territorio de los dragones. En ellas aún se pueden encontrar animales, flora, fauna y tierra cultivable; así como todos los núcleos civilizados del planeta. Dentro de las fronteras del Imperio las temperaturas son constantemente cálidas, siendo la noche el momento más fresco del día. Sólo hay dos estaciones, que duran aproximadamente seis o siete lunas cada una; y la variación de temperatura entre ellas es nimia.

  • Estación seca: Obviamente, apenas se registran precipitaciones durante esta época del año. Durante los meses de la estación seca se registran las temperaturas más altas, lo que favorece el cultivo de secano. En algunas zonas del Imperio, como Isaur o Puerto Krosan, la estación seca puede traer consigo temperturas muy extremas (40-45ºC) que conllevan riesgo de sequías y tormentas de polvo y arena.
  • Estación húmeda: Las temperaturas son algo más frescas en esta época porque las lluvias torrenciales se vuelven casi constantes. En las zonas más boscosas (especialmente en Edén y Eneas) el clima se vuelve prácticamente tropical, subiendo mucho los niveles de humedad. En esta época se fomentan los cultivos de regadío. Son frecuentes las tormentas eléctricas y los huracanes localizados, especialmente en las zonas abiertas de los páramos.
En los territorios ocupados por los dragones nunca hace frío, lo que es lógico teniendo en cuenta su debilidad racial. Al parecer se encargaron de calentar el mundo a su gusto para poder reinar en él, y desde entonces así ha sido. No existe el invierno y nunca nieva por debajo de la frontera helada del norte.

Fauna y Flora

Las especies, tanto animales como vegetales, que sobrevivieron al infierno de la guerra siguen siendo más o menos los mismos del Antes del Despertar. Probablemente las formas de vida que menos hayan cambiado desde aquel entonces sean las marinas, aunque los residuos tóxicos y radiactivos hayan contaminado algunas partes de los océanos.

En las zonas fértiles de la vieja Europa siguen habiendo conejos, osos, halcones, ciervos, lobos... En Isaur y en Edén todavía se pueden encontrar los últimos ejemplares de animales exóticos, como jaguares, cocodrilos, loros, monos... Más de lo mismo respecto a la vegetación, que sigue siendo más o menos la misma que hubo antes del Despertar. Las ciudades europeas como Talos suelen estar rodeadas de bosques de hoja tanto caduca como perenne; mientras que Edén se encuentra prácticamente en medio de la jungla.
Despacio pero inevitablemente, la naturaleza va cerrando cicatrices y vuelve a esparcirse despacio. Nadie puede negar que, a pesar de la destrucción que los dragones trajeron consigo, la realidad es que ahora a la naturaleza se la respeta más y ésta se va recuperando lentamente de la explotación a la que se vio sometida durante el apogeo de la humanidad.

El despertar de los Dioses Elementales trajo consigo también una nueva clase de criaturas mágicas que desde hace un par de años han colonizado los bosques y conviven con la fauna y flora más comunes. Podéis encontrar más sobre ellas en nuestro bestiario.

Por supuesto, se pueden encontrar los animales de granja y domésticos habituales en todas las poblaciones del mundo: caballos, vacas, perros y gatos de distintas razas, ovejas, etc.

Educación, oficios y cultura

La educación es un privilegio reservado a los dragones. Para ellos es algo obligatorio, y tienen un grandísimo abanico de materias por las que decantarse. Además tienen libre acceso a bibliotecas y no necesitan permiso de ningún tipo para adquirir libros. Normalmente la educación de los dragones corre a cuenta de tutores personales, de familiares o de las academias militares. Todos ellos reciben una educación básica, aceptada y oficializada por la corona.

No obstante, es más fácil mantener dócil al rebaño cuando éste está hundido en la ignorancia. Por ese motivo la mayoría de los humanos del Imperio no saben leer ni escribir. Algunos cuentan con la suerte de poder recibir una educación en casa gracias a los oficios de sus padres o porque a algún dragón así le convenga. Pero ni por asomo esto es una norma general. Lo habitual es que los humanos aprendan y hereden el oficio de sus padres, o sean enviados a vivir temporalmente con un maestro que les enseñe a cambio de ayudarles en su trabajo hasta que sepan buscarse la vida.
No es de extrañar que los grupos terroristas y radicales consigan adeptos con la promesa de sacarles del analfabetismo. Promesa que cumplen, pues para ellos el conocimiento es esencial para luchar contra el sistema de la Reina Madre y para crear propaganda.

Aunque hay mucha variedad de oficios, por lo general los más básicos y físicos son desempeñados por humanos: granjeros, ganaderos, artesanos, prostitutas, herreros, taberneros... Todo lo que no requiera una formación específica o que requiera de un estudio intensivo. Mientras tanto, los dragones se  dedican a cosas más contemplativas, como el arte, gestión de negocios, préstamos monetarios, burocracia, esclavismo... Los dragones nobles viven de las rentas y de su fortuna familiar; mientras que los burgueses prefieren "contratar" a humanos para que regenten sus negocios y así evitar mancharse las manos. Las únicas excepciones son las de aquellos que optan por hacer carrera militar, ya sea en el Ejército Imperial o en la Inquisición; y aún así, para hacer carrera militar también deben estudiar y cultivar su conocimiento.

Toda la literatura que se ha preservado en el Imperio del Fuego ha sido re-escrita, editada o censurada por los propios dragones. De forma que toda la información se que se pueda encontrar en librerías, imprentas o bibliotecas ha sido revisada y aceptada por la corona; o más recientemente, por la Inquisición. Las únicas fuentes de información originales o sin alterar por los dragones (libros, manuales, revistas...) son tesoros arqueológicos rescatados por algunos chatarreros o nómadas de las ciudades en ruinas que han logrado pasar, esconder u ocultar durante generaciones. Sobra decir que no existe mucho material de este tipo, y que su tenencia se considera un acto terrible de herejía, ya sea su dueño un humano o un dragón.

Lo mismo se puede aplicar a partituras, obras de arte, etc. Cualquier creación artística debe pasar por las estrictas directrices de la censura para evitar enviar mensajes en contra del Imperio o de la Reina Madre (a no ser que sepan ocultarlas debidamente). Muchos dragones son ávidos coleccionistas de obras de arte (y de artistas), mientras que entre los humanos se considera un raro capricho el de comprar o adquirir libros u obras artísticas. Si un humano posee algo artístico en su poder, normalmente será porque lo ha robado o heredado como tesoro familiar. De igual modo, si un humano decide dedicarse al arte es porque aspira a que algún dragón se interese por lo que hace y decida invertir en su trabajo, al menos hasta que se aburra o prefiera invertir en otro artista diferente.

Vestimenta y moda


Las vestimentas de las gentes del Imperio entran dentro del corte medieval europeo. En general, el Vulgo suele usar ropa muy sencilla en tonos ocres o marrones; mientras que los dragones utilizan vestimentas mucho más recargadas, de colores más brillantes y joyas de todo tipo.

En el Imperio del Fuego los piercings no son habituales, ya que se consideran algo propio de "salvajes", como las gentes de Eneas, aunque en Edén suelen considerarse un adorno muy común. No obstante, sí son habituales los tatuajes temporales, como los hechos con tinta henna (muy comunes en Isaur), pinuta, pigmentos o tinta de calamar. El único sistema de tatuaje permanente para los humanos es el de la abrasión mediante hierro candente (es el que se usa para marcar a los esclavos) o la escarificación, aunque ésta última suele conllevar infecciones peligrosa o mortales. Los dragones pueden realizarse escarificaciones con herramientas de jade, pero entre ellos tatuarse no es algo común, pues se considera antiestético e inútil.

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